En la época en la que las adolescentes (y los adolescentes) mueren de amor por Edward Cullen y todas las estupideces de la historia romántica más sosa desde la creación de las historias romanticas (La insoportable Crepúsculo), yo me referiré a una verdadera película de Vampiros, basada en un verdadero libro de vampiros.
Francis Ford Coppola, el mismo director de “El Padrino”, le hizo un regalo al cine con esta obra maestra. Es una de las pocas películas que he visto en las que el director entendió que el cine es un conjunto de imágenes en movimiento y que como tal, debe respetarse el detalle de cada foto que conforma al cuadro en general.
Drácula, el vampiro más conocido a nivel mundial, tiene una historia que casi nadie conoce. Esas imágenes de Drácula vestido de frac quedaron grabadas en la mente de la gente durante muchos años, pero Coppola se tomó la libertad de recordarnos que el libro no trata de eso. Trata de un ser, casi tan poderoso como el demonio, que está atado a su propio destino y decisiones, persiguiendo a Mina Harker para convertirla en su consorte inmortal e infernal. El giro más interesante que Hizo Coppola con la historia fue hacer que Mina y Drácula estuvieran enamorados, pero enamorados por la reencarnación, pues Mina fue el amor y motivo por el cual Drácula se condenó a si mismo hace cientos de años.
Drácula, el vampiro del inframundo, el vinculo del infierno con la carne, enamorado desde tiempos inmemoriales, condenado a vivir el destino de la sangre y la muerte por amor. Es un giro que seguramente nadie se esperaba. La historia es esencialmente igual que en el libro, Jonathan Harker es enviado hasta la casa del Conde Drácula para elaborarle unos documentos de compra y venta de tierras, y es encerrado por Drácula y atormentado por vampiros súcubos hasta que logra escaparse, pero Drácula ya ha comenzado a viajar en busca de Mina, la que desea le acompañe. Drácula toma entonces el cuerpo de la mejor amiga de Mina, Lucy, y lo abduce y lo convierte en un vampiro. Luego comienza la casería del demonio, dirigida por Van Helsing (nada parecido al personaje que hizo alguna vez Hugh Jackman, un desperdicio de inversión en una película), hasta que al final Drácula es destruido en su propio castillo.
¿Cómo llevar a cabo esta película y convertirla en una obra maestra? Haciendo los detalles demasiado importantes. Es una película de imágenes recargadas, con colores muy intensos, muy parecida a una pesadilla o a una alucinación, con actuaciones excelentes. Anthony Hopkins es Van Helsing, Winona Rider es Mina, Keanu Reeves es Johathan y Gary Oldman es Drácula en todas sus presentaciones, y son varias… Gary Oldman es el Drácula joven que no se ha maldecido, es el Drácula viejo, de peinado extravagante, es el Drácula murciélago, El Drácula hombre lobo, el Drácula derretido, el Drácula moderno. Los logros de maquillaje de esta película son sorprendentes.
La escena que elegí: el comienzo de la historia. La maldición del conde Drácula, su elección de convertirse en el príncipe de las tinieblas. Muy explicativa.
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