La historia de un ex agente secreto del gobierno que, conmovido por la historia de una joven prostituta, regresa a su antigua vida para castigar a los causantes de la desgracia de ella es el argumento de “El Justiciero”. Cierto que no es un argumento muy original que ya se ha visto en infinidad de filmes e historias desde las múltiples películas de “El Vengador” de Charles Bronson, en filmes con el propio Denzel Washington como “Man on Fire” o en las diversas entregas de “Taken”, pero démosle como antecedente que “The Equalizer” es una adaptación de una serie de televisión de los ochentas.
El filme de “revancha” debería ser un género en si mismo. Muchas películas han tenido este argumento, que en general se resume así: Un evento A afecta al protagonista, que juró a su esposa (o esposo) nunca más volver a esparcir la muerte por el mundo, hasta el punto que considera que todos sus juramentos pueden doblarse para llevar venganza a los causantes de A, lo que lleva a una secuencia de acción interminable hasta eliminar a todos sus enemigos. No es un mal género ya que suele ser muy emocionante, sin embargo es dificil agregar elementos nuevos a este esparcimiento de venganza. “RED”, con Bruce Willis, logró hacerlo, y sin duda “John Wick”, que aún esperamos por su estreno en Venezuela, llevó el género a otro nivel.
En The Equalizer, Denzel Washington regresa al género de la revancha. Ya lo hizo antes en “Man on Fire”. Denzel sabe entregar buenas actuaciones sin importar el papel, y sin duda alguna Denzel es lo mejor de este filme, o por lo menos, lo mejor durante casi todo el tiempo. La grandeza de este filme está en las interacciones. Para iniciar tenemos a Chloê Grace Moretz, una de las mejores actrices jóvenes de la actualidad. Moretz intepreta a una esclava sexual, una prostituta rusa que es tratada con gran violencia, pero que logra entregar mil matices en su interacción con Denzel. Los sueños y esperanzas, frustrados y rápidamente ahogados por ella misma, logran aflorar de Moretz en los diálogos amables y distantes, pero paternales, entre Denzel y ella. Su increíble capacidad de transmitir su repulsión y su alegría resaltan entre ellos, y es ella la causa de toda la violencia que Denzel distribuirá. Por otro lado está Marton Csokas, un gran actor neozelandés, que es némesis de Denzel, o intenta serlo. Sus escenas juntos sorprenden porque la lucha de poder nunca termina y se ve como la balanza de la fuerza parece inclinarse a cada uno por igual. Antoine Fuqua, el director de Denzel en “Training Day” donde lo llevó a ganar un Oscar, logra un control perfecto de este filme, que aunque muy bien dirigido es bastante deficiente en trama y personajes, que parece que no necesita profundizar para lograr contar efectivamente este filme de acción y suspenso. Con escenas de acción novedosas y algunos elementos cómicos entre toda la violencia, Fuqua logra balancear su filme para hacerlo llamativo y estilizado, con una fotografía en tonos oscuros y de una belleza resaltante.
Tal vez el mayor defecto de “The equalizer” es que el personaje de Denzel es invencible desde el inicio. Y uno logra darse cuenta en la mitad de la película, y ya no espera (ni teme) que las cosas salgan mal para él.
Mi calificación: 13 sobre 20. Es un buen filme de acción, pero tal vez es un filme para ver en casa.
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